sábado, 17 de septiembre de 2011

Estados Psicológicos


Considere la siguiente situación: En un momento, su gato se encuentra acostado en el sofá y en otro momento el gato se encuentra parado en el sofá. Estas dos situaciones se reconocen como dos estados diferentes del gato, estos estados se describen de forma más precisa mediante coordenadas espacio–temporales, sin que se pueda usar el mismo grupo de coordenadas para dos estados distintos, si así fuera, se trataría del mismo estado.
En el caso de los estados psicológicos o conductuales, podemos considerar el siguiente par de estados,  “ver rojo” y “ver azul”, y cada uno de estos estados requiere de sus propias coordenadas que los precisen en las dimensiones de espacio y tiempo. En el análisis y la investigación de los estados de las cosas, el interes ha estado centrado principalmente en los cambio de estado; en el paso del estado cero al estado uno. El cambio de un estado a otro puede ocurrir de la siguiente forma, a) un estado A puede conducir consecutivamente a un estado B; en cuyo caso decimos que el estado B es condicional al estado A, b) el estado B puede depender de una estructura compleja que lo actualiza; en cuyo caso hablamos de un estado disposicional como en el ejemplo de Gilbert  Ryle en el que se refiere a  la fragilidad del vidrio; el estado de frágil se presenta cuando se configuran las condiciones que actualizan tal disposición, como cuando el vidrio de la ventana se golpea con una fuerza determinada.
Al ser los estado psicológicos básicamente disposicionales, resulta práctico contar con una taxonomía  de tales estados elaborada con base en sus condiciones de ocurrencia o de su actualización. En este sentido Ribes, ha propuesto las siguientes funciones conductuales o psicológicas, función contextual, función suplementaria, función selectora, función sustitutiva referencial y función sustitutiva no referencial. Estas funciones pueden reconocerse situacionalmente, en las dimensiones espacio-temporales mediante la especificación de estructuras o arquitecturas contingenciales específicas.
Una consecuencia de considerar los estados psicológicos en el sentido propuesto antes, es que se facilita la disposición de un conjunto de contingencias que permiten actualizar funciones psicológicas, con distintas relevancias, según criterios de pertinencia, efectividad, congruencia o coherencia, que delimitan el ajuste de la conducta del organismo a la situación en la que se encuentre. En el análisis del comportamiento se ha hecho uso del concepto de moldeamiento como un procedimiento para conducir la conducta de un estado a otro. En igual sentido, se ha hecho uso del concepto de aprendizaje como la disposición de las condiciones mediante las cuales se pasa de un estado de “conocimiento” a otro estado. Desde la perspectiva de estados psicológicos, el aprendizaje no corresponde a ningún estado psicológico, se usa más bien como un concepto que describe relaciones contingenciales con  las cuales se establecen y organizan un conjunto de funciones psicológicas, con miras a cumplir criterios que definen una realización conductual específica.
Los estados psicológicos dejan de ser así, procesos reflejados en la acción del organismo, que sólo pueden estudiarse mediante interpretaciones como lo proponen todavía teorías mentalistas.
Tiberio Pérez Manrique

sábado, 10 de septiembre de 2011

Nuevo grupo en Facebook

Este es el link para que acceder al grupo de la División de Análisis de la Conducta del Colegio Colombiano de Psicólogos en Facebook.